El objetivo es garantizar que el plástico nunca se convierta en residuo.

En palabras de Simon Bernard, director general y cofundador de Plastic Odyssey

«Tenemos que encontrar soluciones, dejar de hablar del problema e idear soluciones alternativas».


El reto consiste en reciclar los residuos que ya se han producido.

El plástico no es un material malo en sí mismo.
Sin embargo, la forma en que las industrias y los gobiernos han gestionado el plástico y el modo en que la sociedad lo ha convertido en una mercancía desechable de un solo uso han convertido esta innovación en un desastre medioambiental mundial.

Casi la mitad de todos los productos de plástico se crearon después del año 2000. 
Aunque el problema sólo tiene unas décadas, más del 75% de todo el plástico que se ha producido es ahora residuo (fuente: WWF).

Basándose en las conclusiones de este estudio, WWF anima a los gobiernos, a la industria y al público en general a reconocer que el actual enfoque global de la crisis del plástico está fracasando.
Aunque la trayectoria del crecimiento del plástico muestra que la crisis está empeorando, podemos cambiar esta situación con un único enfoque en todos los sectores: ¡LA RESPONSABILIDAD!

Hanova se compromete con un futuro de economía circular adhiriéndose al Decreto de las 3R (Reducir, Reutilizar, Reciclar). Nos esforzamos por realizar compras responsables, favoreciendo al máximo el uso de materiales reciclados y reciclables.

A pesar de la percepción a menudo negativa de la industria del plástico, creemos en la posibilidad de un cambio positivo. ¿Qué pasaría si todos los implicados en el ciclo de vida de los plásticos asumieran su responsabilidad y trabajaran juntos por el bien de nuestro planeta?