Hanova

HANOVA se une al Teletón

El domingo 17 de noviembre, en Barlin, tuvimos el placer de participar en una marcha a favor del Teletón, para aportar nuestro granito de arena a la investigación científica sobre las enfermedades raras. Éramos un pequeño grupo, ¡dispuesto a aportar nuestro granito de arena!

¿Conoces la leyenda del colibrí de Denis Kormann? Nos gustaría compartirla contigo, porque nuestro pequeño «gesto» nos recuerda esta historia.

La leyenda del colibrí es una historia amerindia:

Todos los animales vivían felices en el bosque. Un día, durante una violenta tormenta, cayó un rayo y provocó un gran incendio. Las llamas empezaron a arrasarlo todo, destruyendo árbol tras árbol. Todos los animales, petrificados de miedo, contemplaban impotentes el desastre.

Todos los animales… excepto uno. ¿Y cuál era? Un pequeño colibrí.

¡Estaba ocupado! Un viaje de ida y vuelta tras otro, gota tras gota, gracias a su pico habitualmente diseñado para transportar el néctar de las flores, transportaba agua que arrojaba sobre el fuego para intentar apagar las llamas.

Al ver esto, los demás animales le gritaron: «¡Pequeño colibrí, estás completamente loco, no vas a apagar el fuego con unas gotas de agua! En ese momento, el pequeño colibrí se dio la vuelta y dijo: «Sí, tenéis razón. Pero yo pongo mi granito de arena».

Sin más preámbulos, se dirigió de nuevo hacia las llamas. Los animales se miraron asombrados… Tucán fue el primero en decir: «Yo también voy. Tengo un gran pico y puedo volar». Entonces Ara exclamó: «¡Espera! ¡Voy con vosotros! Finalmente, tomando un poco de agua en sus picos, hocicos y patas, todos los animales corrieron hacia el fuego. La historia no dice si lo consiguieron, pero desde aquel día, algo ha cambiado, y los animales se sienten unidos por una nueva fuerza.

La moraleja del cuento es que, en lugar de no hacer nada ante los problemas porque nos sentimos impotentes o pensamos que la solución debe venir de otros, cada uno de nosotros puede, a su manera, pasar a la acción.

La leyenda del colibrí nos enseña que, aunque cambiar nuestros pequeños hábitos pueda parecer insignificante, es gracias a la suma de todas nuestras pequeñas acciones que las cosas cambian.

Y como diría Gandhi: «Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo».

Así que el domingo 17 de noviembre pusimos nuestro granito de arena para apoyar la investigación científica de las enfermedades raras, y estamos orgullosos de ello.